viernes, 16 de noviembre de 2007

DIA IV

Martes 16 de Octubre de 2007

Aun dormida, no fui capaz de procesar la informacion al 100%. Según acababa de escuchar, Mário me dijo que iria a por nuestro desayuno. Pues, entonces continue durmiendo placidamente, jejeje.

No tengo idea de cuanto tiempo paso, pero me desperte preocupada. Mire el reloj, las 10.30hs, joder, que tarde, y Mário?? Desaparecido en accion.

Tuve mas o menos unos 10 minutos de preocupacion cuando escuche sus pasos en el pasillo. Aparecio por la puerta con un monton de bolsas y otra enorme sonrisa en la cara.

Y resulta que apenas salio del hotel, se encontro una vez mas con Mustafá, que lo invito a desayunar junto a su hermano Abdul. Alla fueron los tres y charla va, charla viene, desayunaron y luego Mário se fue de compras a la tienda de los hermanos.
Yo por mi parte, me gané un par de babouches, jejeje, que son un calzado tipico aqu
í (que lo usan de diario, pero yo solo de entrecasa, jejeje)
Asi que tuve que salir de la cama! Empacamos nuestras cosas y antes de ir al coche pasamos por el super a proveernos una picada pal almuerzo.

Nos encaminamos hacia el Vallée du Dadés, nuestro siguiente destino turístico. Mucho más verde y mucho más lleno de kasbahs que el Vallée du Drâa, el de Dadés es paso obligado para llegar a las gargantas de Dadés y de Todra.
Lo primero que encontramos fue un enoooooorme (y hermoso!!) lago en medio de las montañas. Pero como quedo a nuestras espaldas no tuvimos muchas oportunidades fo
tograficas, jejeje.

En menos tiempo del que esperamos, alcanzamos el pueblo de Skoura. Desde que salimos que estabamos buscando un sitio al costado de la ruta para hacer un picnic, pero no hubo caso... Recién después de pasar Skoura encontramos un lugar idóneo a la sombra de una “estructura” de adobe cuadrada abandonada al costado de la ruta... Comimos un frugal “brunch” y seguimos camino. Como no teniamos apuro, esta vez podiamos relajarnos un poco mas. El paisaje se ponia mejor a cada kilómetro.

Al cabo de un rato llegamos a El Qalaa M’Gouna, un pueblito famoso por sus productos derivados de las rosas que cultivan en un valle (el Valle de Las Rosas :P) entre las montañas, hacia el norte.
Habiamos escuchado bastante del valle este de las rosas, aunque sabiamos que en esta epoca no tendria rosas.
La guia recomendaba que, si teniamos un vehiculo decente, le echemos un vistazo. Miramos nuestro Kia Picanto de arriba a abajo y concluimos que era bastante decente,
asi que luego de dar quince vueltas al pueblo buscando la entrada al camino del Valle, nos metimos por una rutita sospechosa y allá fuimos!!

Lo que siguió, nunca lo hubieramos imaginado. Miradores increibles sobre un enorme cinturon de palmeras, kasbahs de barro como castillos en islas, sobre un mar de verde, y la inmensidad de las montañas de todos colores alrededor.

Al cabo de unos kilómetros, de repente, el asfalto se termino, y un camino de tierra se internaba entre las montañas. Estaba bastante divertido!!

Luego comenzo a ponerse cada vez mas complicado y desdibujado, pero mientras el Picanto se la bancara...

Y ahí fue donde comenzo nuestra increible aventura 4x4!! Con un Kia Picanto!! No todos, eh?? Jajajaja. Llegamos al costado del rio, donde se abria un hermoso valle que de ratos se convertia en un altisimo desfiladero (y digo altisimo en lugar de profundisimo porque nosotros estabamos abajo!!!) y luego en un verde valle, y luego cruzabamos vados correntosos y seguiamos por piedras para cruzar otra vez el rio, subir una montaña, hacia otro valle donde habia mujeres lavando la ropa, a volver a cruzar el rio (se ponia cada vez mas ancho!! JOJOJO!!) y asi... IN-CRE-I-BLE!!!

Supuestamente (según el mapa) el camino del Valle de las Rosas hacia un loop y volvia a salir a la ruta de donde habiamos partido. Pues, nunca conseguimos hacer la vuelta entera. Un par de bifurcaciones confusas fueron suficientes para que desistieramos y decidieramos volver por donde vinimos (otra vez a la aventura!! YAHOOO!!)
En el camino de vuelta, un niñito me sorprendio con un “bonjour madame!!” por la ventana, jajajaja. Tierrrrrrrnoooo!!!

Al fin llegamos otra vez a El Qalaa M’Gouna, que estaba en plena efervescencia comercial. Casi no se podia avanzar con el coche de la cantidad de gente que iba y venia quien sabe a donde ni porqué.
Alcanzamos otra vez la ruta y seguimos derecho a nuestro proximo destino, Boumalne du Dadés. Habiamos decidido que dormiriamos ahí para visitar las Gargantas al otro dia.
En el camino fuimos pasando mas oasis(ses) y kasbahs y pueblitos casi deshabitados, es increible como ya estabamos casi habituados a esto. Por veces parecia que no hubieramos hec
ho otra cosa en nuestras vidas que recorrer estas rutas... Es que te olvidas de todo lo demas...

Ya teniamos elegido el hotel, el Chems, una vez mas gracias a nuestra guia (bah, de Miguel) y fue bastante facil encontrarlo (siempre sobre la ruta, jejeje). Negociamos un muy buen precio por dos noches con desayuno (ya ni me acuerdo cuanto, jeje). El mostrador de la recepción estaba llena de billetes de todas partes del mundo, debajo de un vidrio. Imaginan mi sorpresa cuando, chusmeando, encontré un Patacón?? JUAAAAAAAAA!!
El hotel, por dentro, nos sorprendio bastante... Era gigantesco!! Y laberintico!! Parecia un palacio de antaño, con sus largos pasillos, amplios halls y pasajes por doquier.

Dejamos el equipaje, nos pegamos una ducha, y salimos a cenar.

Al restaurant lo habiamos elegido con la guia tambien, jajaja. Era en el hotel de al lado, muy caté, que costaba muy caro pa dormir pero muy barato pa cenar, jejeje.
Nos acercamos a la puerta y le preguntamos al primero que vimos “pour manger??”. “Allí, despues de la piscina”. A la pucha!! Piscina!! Salimos a una terracita con una hermosa piscina circular y unas vistas impresionantes al valle delante nuestro.

El comedor era típico marroquí, como todos los que habiamos visto hasta ahora, un salon enorme con columnas, mesas redondas y bajas, un sofa circundando todo y sillas de madera. Detras nuestro teniamos un amplio ventanal que daba al valle.
Un gordisimo gato se paseaba a sus anchas por todo el restaurant. Yo le decia a Mário que en realidad era el dueño del restaurant, que era mago, y se habia convertido en gato para que la gente no lo moleste.

Empezamos con una deliciosa “sopa marroquina”, que estaba un poco picante pero verdaderamente sublime. Y luego, como para no perder la costumbre, una tajine!!!!
Se estaba muy bien ahi, asi que despues de la suculenta cenanos nos echamos para atras, a sobarnos el estomago una vez mas.

Parece ser que habia cena-show, porque al poco aparecieron unos cuantos “locales” con tambores y se sentaron junto al hogar a deleitarnos con su musica. A mi me parecia musica electronica antigua, valga la contradiccion, ya que era puro percusion y cantos raros, pero no dejo de ser una experiencia interesante.

De vuelta al hotel, pasamos por el salon de te, a hacer la digestion con nuestro ya querido te de menta, y de ahi, derecho a la camita, que mañana hay que madrugar....


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